Consejo Nº2. ¿Su perro lo pasa mal en el veterinario?

Es típico que muchos perros lo pasen mal en el veterinario, ya que casi todas las veces que han ido, les ha ocurrido cosas desagradables. Cuando nuestro perro lo pasa mal en el veterinario, lo que debemos hacer es socializarle bien con el veterinario, esto lo debemos hacer de la siguiente manera.

En primer lugar lo que debemos hacer es hablar con nuestro veterinario. Tendremos que explicarle que durante un tiempo vas a ir varias veces a la semana a visitarle. Que cambiéis el comportamiento del perro es igual de beneficioso para el propietario del animal como para el veterinario, ya que el perro si se portara bien su trabajo será más fácil y rápido, así que lo normal será que no tenga problema en ayudarnos a resolver este problema.

Estas visitas deben empezar entrando siempre solo y únicamente a la sala de espera, y nuestro veterinario solo tiene que hacer cosas positivas para el perro, como por ejemplo darle algún premio (que podemos suministrarle nosotros), jugar con una pelota o con cualquier tipo de juguete que le guste a nuestro perro, o incluso pedirle algo de obediencia si trabajamos en positivo y nuestro perro disfruta haciéndolo. Después de varios días, notareis que vuestro perro empieza a gustarle entrar a la sala de espera del veterinario.

Cuando nuestro perro ya disfrute en la sala de espera, es cuando debemos ir entrando a la consulta. Dentro de la consulta tendremos que hacer lo mismo que hacíamos en la sala de espera, ofreceremos premios, juegos, obediencia, etc. El perro no tardara en disfrutar también de la consulta del veterinario. Es en este momento cuando podemos pedirle a nuestro veterinario que manipule a nuestro perro. Lo que mejor funciona es que empiece premiando y acariciando, después acariciándolo con un algodón con un poquito de alcohol y luego premiándolo, luego tocando las orejas con las manos y premiándolo, etc. Estos pasos no tienen que ser todos seguidos, debéis de ir avanzando poco a poco. En este tipo de terapias es muy importante tener paciencia y no estresar al perro. Hay una línea muy fina entre socializar bien al perro y traumatizarlo, con lo que llevaremos la terapia al ritmo que nuestro perro necesite.

En un tiempo notareis que vuestro perro ha hecho buena socialización con vuestro veterinario (con el establecimiento y con la persona), e incluso vínculo y es ahí cuando podréis ir subiendo al perro a la camilla, y manipularle como siempre hemos hecho durante la terapia. En el momento que notéis que vuestro perro busca la camilla o incluso intenta o consigue subirse a ella, es ahí cuando podréis ir vacunándole, observarle los oídos y haciendo cualquier tipo de cura etc.

Esta terapia es fácil, lo único necesario es proponerse ir varias veces a la semana al veterinario, tener paciencia e ir lentamente haciendo las pautas paso a paso. Así enseñaremos al perro que el veterinario es un sitio en el que no solo pasan cosas malas, es más, casi siempre que vamos lo que pasan son cosas buenas. Cuando terminemos la terapia y al perro le encante ir al veterinario, recordar que aunque con menos frecuencia pero de vez en cuando iremos a visitar al nuevo amigo de nuestro perro, su veterinario, aunque no sea necesario ir, porque si solo llevamos a revisiones, vacunas, curas, etc, puede volver a recaer en su problema.

Gustavo Sánchez.